miércoles, junio 13, 2007

Una mañana tediosa

El gatito correteó juguetón entre sus piernas. Mauricio le dio un pequeño empujón con el pie, pero el animalito no pareció captar el mensaje y siguió mordiendo la desgastada sandalia del viejo. El hombre se agachó con cierta dificultad, cogió la gimiente criatura en su arrugada mano y la fue a dejar al patio trasero de la tienda, en donde sus hermanitos maullaban y se revolcaban en el polvo.

- Deberías cerrar la puerta- dijo una voz cansada a sus espaldas.

- Me gusta ver los gatos- replicó sin girarse. La mujer no dijo nada y se marchó.

Mauricio se sentó pesadamente tras el mostrador. Tal vez Elvira tenía razón, tal vez no sólo había que cerrar la puerta del patio para evitar que entrasen los gatos, sino también la delantera para que la pobreza no pudiera terminar de cruzarla y amargar los años que les quedaban. "Me gusta mi trabajo" pensó. Sin embargo, al cerrar los ojos podía ver con toda precisión cada una de las joyas de las vitrinas de la tienda, inmóviles desde hacía tiempo. Rara vez alguna de ellas abandonaba su pequeño pedestal de raso. Atrás habían quedado los años en que los jóvenes compraban anillos para sus novias con ojos soñadores. Ahora casi no quedaba juventud. Todos se iban a la ciudad. Como Rosana.

El anciano joyero abrió un cajón. Allí estaba, pequeño y brillante, el corazón que anhelaba ver prendido del cuello de su nieta. Con gran cuidado, lo sacó y sonrió gozoso al imaginarlo sobre la suave piel de la muchacha. "La próxima vez que venga, se lo doy. La próxima vez..."

- ¿Qué tienes ahí, viejo?

Mauricio levantó la cabeza sobresaltado. Una mirada torva y ansiosa recibió su gesto. Antes de darse cuenta, el hombre lo tenía atrapado en un abrazo de hierro.

- ¿Dónde está la caja?

- En la caja no hay na...

Una hoja de acero cortó las palabras del viejo. Elvira entró en la tienda a tiempo de ver cómo su marido se desplomaba. El ladrón lanzó una maldición mientras pateaba el cajón de la caja, que rodó vacío por el suelo. Alzó la vista y se encontró con los ojos helados de la anciana. Con un rugido salvaje, la apaleó hasta que dejó de gemir. Entonces, y sólo entonces, miró en derredor. Mauricio yacía sobre las baldosas mojadas, los morados empezaban a formarse bajo la blanca piel de Elvira. El cuchillo se le cayó de las manos. Y huyó.

El gatito que correteaba hacia la puerta se detuvo en seco. Esta vez no se atrevió a entrar.
Yo también soy cuentacuentos

7 comentarios:

Pedro dijo...

Una historia terrible, no hay duda.Un momento tremendo, perfectamente retratado, en toda su crudeza. Pero yo me pregunto a pesar de su trágico final ¿Hubiera sido mejor su vida si hubiera vivido siempre con la puerta cerrada sin poder ver a los gatos? No es bueno vivir con miedo.

Un abrazo,

Pedro.

Luz de Luna dijo...

Uf, desgarrador.....Me ha gustado el relato, es muy reál.Salu2.

tormenta dijo...

que bien escribes niña!
es uno de los relatos que más me ha gustado esta semana, sin duda.. se me ha helado la sangre en las venas.
me alegro mucho de que hayas podido escribirlo a pesar de todo en lo que andas metida, aunque parece que poco a poco todo va mejor...
Un besito inmenso, cuídate porfis!
:*

Sara dijo...

La primera vez que te leo, y desde luego que me alegro de haberlo hecho.
Una historia dura pero contada de una forma impecable

Un beso

Pugliesino dijo...

Breve, inesperada, impactante, cruel, tierna, un relato muy bien escrito, guardando hasta el final de cada línea el contenido de la siguiente. Brusco cambio de situación que despierta en el lector esa impotencia ante lo injusto como si vieramos la escena tras un cristal. Consciente del peligro, vivían porque como el mirar los gatos querían disfrutar de cada instante. Hasta que... y fue un ser humano! o algo parecido.
Un abrazo
*Entrañable la entrada anterior,genial de veras

Laura Luna dijo...

Me gusta mucho cómo has ido desenvolviendo la historia y cómo has ido describiendo las acciones. Lo de "una hoja de acero cortó las palabras del viejo" me ha parecido muy sutil.

Peeeeeero, yo sé que con ese coco puedes construir historias más originales. ¡Prueba con la fantasía!

Un besote,
Moon Princess

Cuervo dijo...

joder niña!!

va a ser que si hay que tomarse un respirillo y alejar fantasmas, eh?

el relato me ha gustado. es duro, rápido y directo. el giro trágico llega en el momento preciso. has conseguido darle un ritmo fantástico.

nos leemos la semana que viene!!

pd: nada hay bajo el sol
que no tenga solución.
Nunca una noche venció
a un amanecer.

Warcry, tu mismo. piensa en ello, ¿vale?